lunes, 13 de junio de 2011

CONDICIÓN (Eduardo Albarracín)








Cayó la tarde y cayeron también las vendas.
Los ojos límpidos pudieron ver sobre la mesa el pan partido y fragante, pero las manos que lo partieron habían desaparecido. Después de sentir el corazón en llamas, salieron corriendo a dar la noticia:
- Un forastero encontradizo que se sumó en el camino, nos habló de Dios y de que era cierto todo lo que se dice.
Ahora no caben dudas, para ser peregrino hay que tener los ojos bien abiertos.

POEMARIA (Eduardo Albarracín)








Álgido golpeteo de duros caracteres
pegan inclementes en el blanco de la página,
y dedos sangrantes de inútiles esfuerzos
socaban surcos de palabras olvidadas.

Poemas de recia estirpe
soltando de los puertos sus amarras,
penetran en olas de espuma y viento
con su carga de palabras ahogadas.

Y en el crucero de los cuatro destinos,
Inciertos e implacables,
se abre camino entre la bruma de los siglos
una triste y casi ausente poemaria.

Tu nombre y mi nombre,
enrejados en epístolas indescifrables,
claman por la libertad negada
entre suspiros de amores y nostalgias.

Ven, en esta noche crucial y ámame,
como en otras horas me amaras,
y deja, deja que mi boca te recorra
recuperando la memoria de tu carne.