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sábado, 14 de agosto de 2010
DOS POETAS DE FRÍAS
Nombre
(Liliana Massara)
Con los años, tu nombre
es mi imperio,
mi ciclo vital, mi techo
y el viento.
Con los años, vuelve tu nombre,
y lo modelo de alquimia urgente.
Desvaríos, ciegos de esperanza
pongo en tu nombre.
Con los años, llega tu nombre.
Lo encuentro, lo toco y lo palpo
con manos serenas y
cauta experiencia de cuerpo que arde.
Con lo años, veloz tu nombre
sigiloso y atento se escapa.
Vidrioso sonido se queda y golpea.
Doloroso devenir de mi palabra mágica.
Hoy intento rejuntar palabras,
ubicarlas detrás de este tiempo que anda.
Sentir llegar el viento repetido,
silbador fragmentado de aquel nombre,
y entonces reprocharme
si acaso no puedo olvidarlo.
POEMA
(Antonio Amaya)
Nunca me voy...
pues siempre estoy volviendo.
Tengo mi corazónpartido en dos.
En una parte
todo lo que llevo
y en la otra
todo lo que dejo…
Aunque ya no esté a tu lado
siempre te tendré en mis brazos…
martes, 25 de mayo de 2010
DOS ESCRITORES DE FRÍAS
Crepúsculo del Albigasta
FLASH
Pablo Albornoz
Antonio Amaya
FLASH
Esteban quedó acomodado en el rincón. Arrimó una luz: era una lámpara verde como la de los escritorios. La silla, que allí siempre estaba, le resultó incómoda entonces la retiró; en su lugar puso un sillón ancho. “Ahora estamos” dijo, y buscó la caja con fotos. Esteban se sintió feliz de no estar en ninguna fotografía, especialmente las iluminadas por el sol, “las que deforman cuando la luz pega de costado”. En la caja no había paisajes ni postales; sólo contenía las imágenes de quienes no estaban. Esteban sintió algo de nostalgia pero el regocijo era mayor. No tenía otra labor que explorar las fotografías hundido en el sillón. Pero algo extraño comenzó a presentir: como cuando inician los miedos…Esteban no se daría cuenta ¡No advertía que desde el rincón él era contemplado! Un relámpago iluminó su mente descubriendo la verdad: un chispazo fugaz, como un flash, atravesó su corazón. Esteban dejó caer la caja con los cadáveres en sepia. Quedó tendido en el rincón de su deleite con la lámpara pegándole de costado. El sol verde disminuiría su fulgor oscureciéndolo todo; excepto las risas amarillas de los curiosos.
Pablo Albornoz
Deja que el fuego
de nuestra pasión
se funda
Deja que las lágrimas
descarten el dolor
y el desencuentro
para purificarnos.
Deja que nuestras miradas
traspasen la inmensidad
y puedan ver el más allá......
de nuestra pasión
se funda
Deja que las lágrimas
descarten el dolor
y el desencuentro
para purificarnos.
Deja que nuestras miradas
traspasen la inmensidad
y puedan ver el más allá......
Antonio Amaya
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