viernes, 29 de abril de 2011

PABLO FERNANDO ALBORNOZ









Nasrudín creó la verdad.
"Las leyes por sí mismas no hacen mejor a la gente" dijo Nasrudín al Rey. Es necesaria la práctica de ciertas cosas para lograr armonizarse con la verdad interior. Esta forma de verdad se asemeja muy poco a la verdad aparente. El Rey decidió que Nasrudín podía hacer que la gente dijese la verdad. Él podía obligarlos a practicar la veracidad.
A la ciudad del Rey se entraba a través de un puente. Sobre éste el Rey hizo construir un patíbulo. Al amanecer del día siguiente fueron abiertas las puertas, el Capitán de la Guardia se encontraba apostado allí con un escuadrón de tropas, para examinar a todo el que entraba. Fue hecho este anuncio: «Todos serán interrogados. Si dicen la verdad, se les permitirá entrar. Si mienten serán colgados».
Nasrudín se adelantó.
¿Adónde va usted?-preguntó el Capitán
-Yo -dijo Nasrudín- voy camino a ser colgado.
-¡No le creemos! -le contestó el Capitán- si usted es el que pone en práctica la verdad.
-Pues si no me creen es porque miento, entonces deben colgarme.
-Pero si lo colgamos por haber mentido, habremos hecho que lo que usted dijo sea cierto.
-Así es: ahora saben lo que es la verdad.
Muchas veces poner en práctica la verdad cuesta. Tanto para quienes la oyen como para quien la dice. Jesús fue un hombre rechazo justamente por ser honesto. Es preferible pecar de sincero que parecer honestos sin serlo.



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