Hora de ensueño en dones generosa…
Recién despiertos a la luz del día
se deleitan mis ojos a porfía
con la gracia sutil de cada cosa.
Es la corola nívea de la rosa,
el iris del rocío ante la umbría
ramada, el pájaro y su algarabía,
el raudo giro de la mariposa.
Es la cabaña junto al tala añoso,
con su nidal de alegres jilguerillos,
en placenteros tiempos de reposo.
Y es la pastora que en el prado ameno
apacienta los blancos corderillos,
en este amanecer dulce y sereno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario